Mostrando entradas con la etiqueta Medio Ambiente. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Medio Ambiente. Mostrar todas las entradas

miércoles, 3 de junio de 2009

El cambio climático


Causas del cambio climático: el efecto invernadero

La vida se ha desarrollado en la Tierra como resultado de numerosas condiciones que hacen nuestro planeta realmente especial. Una de estas condiciones es el efecto invernadero, proceso natural mediante el cual parte de los rayos solares que llegan a la superficie y luego son remitidos al espacio en forma de calor quedan atrapados en la atmósfera por la acción de ciertos gases, de manera que se retiene un calor del sol que mantiene la superficie de la Tierra a una temperatura adecuada para la vida. El efecto invernadero es por tanto un fenómeno natural que permite la vida en la Tierra, causado por diversos gases que se encuentran en la atmósfera provocando que parte del calor del sol que nuestro planeta refleja quede atrapado manteniendo la temperatura media global en torno a los +15º en lugar de los -18º que presentaría de no existir este proceso.
El efecto invernadero se origina porque la energía solar, al proceder de un cuerpo de muy elevada temperatura, se encuentra formada por ondas de frecuencias altas que traspasan la atmósfera con gran facilidad; por el contrario, la energía remitida al exterior desde la Tierra presenta ondas de frecuencias más bajas al proceder de un cuerpo mucho más frío, por lo que es absorbida por los gases de efecto invernadero. Esta retención de energía posibilita que la temperatura sea más alta, aunque es necesario precisar que finalmente, en condiciones normales, es equivalente la cantidad de energía que llega a la Tierra que la que ésta emite.

Definición de cambio climático

El clima ejerce una enorme influencia en la naturaleza y en nuestras vidas, determinando en gran medida la fauna y flora de cada lugar, la cantidad de agua dulce disponible, los cultivos... influyendo asimismo por tanto en la cultura y los medios de vida de cada región del mundo.
Se denomina cambio climático a la variación global del clima de la Tierra. Tales cambios se produce a muy diversas escalas de tiempo y sobre todos los parámetros climáticos: temperatura, precipitaciones, nubosidad, etc.
Por tanto, el cambio climático supone la ruptura de la estabilidad del clima debido a cambios internos o externos en su sistema, bien por causas naturales o debidas a la actividad humana, e implica el paso de un estado climático a otro; además de esta característica, el cambio climático se diferencia de una mera anomalía o fluctuación del clima por su carácter sistemático, al afectar globalmente a todo el sistema climático. Por otra parte, el clima de nuestro planeta nunca ha sido estático: como consecuencia de alteraciones en el balance energético, el clima está sometido a variaciones en todas las escalas temporales, desde decenios hasta miles y millones de años; entre las variaciones climáticas más destacables que se han producido a lo largo de la historia de la Tierra figura el ciclo de unos 100000 años de períodos glaciares, seguidos por períodos interglaciares.
Sin embargo, desde hace más de una década científicos de todo el mundo comenzaron a alertar de que en la Tierra se producía un proceso de calentamiento a un ritmo sin precedentes; el clima siempre ha variado, el problema del cambio climático es que durante el último siglo el ritmo de estas variaciones se ha acelerado mucho, y la tendencia es que esta aceleración sea exponencial si no se ponen medidas. Al buscar la causa de este rápido calentamiento se encontró que existía una relación directa entre el calentamiento global o cambio climático y el aumento de las emisiones de gases con efecto invernadero (GEI) provocadas por las sociedades humanas industrializadas.

Ayudemos a nuestro planeta

El transporte constituye un sector que provoca un considerable aumento en las emisiones de gases de efecto invernadero, puesto que los combustibles utilizados provienen del petróleo. He aquí algunas pautas que todos podemos seguir para ayudar a reducir estas emisiones, contribuyendo así a crear un mejor futuro para todos.

  • Utilizar más el transporte colectivo, servicio que permite que en el mismo espacio y con un consumo de combustible similar puedan desplazarse multitud de personas.
  • Evitar el uso del coche para distancias cortas, es mejor realizar estos desplazamientos caminando ya que nuestra salud también lo agradecerá.
  • Si se utiliza el coche, es recomendable compartirlo y muy importante tenerlo siempre a punto, ya que un vehículo en mal estado consume una media de un 10% más que uno en buen estado, contaminando asimismo 20 veces más.
  • Cuando sea necesario cambiar de coche debemos elegir el que mejor se ajuste a nuestras necesidades y presente menor consumo, sin prestar excesiva atención al aspecto estético del vehículo.
  • En caso de que no sea posible realizar caminando todos nuestros desplazamientos diarios, es preferible hacerlos en bicicleta, la cual constituye un medio de transporte individual más rápido que andar y contribuye también al mantenimiento de nuestra salud física. Desplazándonos en bicicleta es posible recorrer 5 ó 6 km en 20 minutos, y caminando tardamos 14 minutos en desplazarnos un kilómetro.

Conducir de forma eficiente

Estos son algunos consejos que podemos seguir para conducir de forma más eficiente, generando así una menor emisión de gases contaminantes de efecto invernadero a la atmósfera.

  • Arrancar el motor, sin pisar el acelerador.
  • Circular, siempre que sea posible, en las marchas más largas y a bajas revoluciones.
  • Intentar evitar frenazos, aceleraciones y cambios de marcha innecesarios. Debemos mantener la velocidad lo más uniforme posible.
  • Al decelerar, dejar rodar el coche sin reducir, frenar de forma suave y progresiva y reducir el cambio lo más tarde posible.
  • Apagar el motor en paradas prolongadas, de duración superior a un minuto.
  • Moderar la velocidad, ya que a velocidades altas (más de 100 km/h) el consumo se multiplica y disminuye además la seguridad en carretera.
  • Utilizar con moderación el aire acondicionado, cuyo uso aumenta significativamente el consumo de carburante.
  • Mantener los neumáticos con un una correcta presión de inflado, de esta forma realizamos un ahorro de combustible y ganamos en seguridad.

¡Entre todos podemos crear un futuro mejor!

domingo, 22 de febrero de 2009

El reciclaje: la segunda vida de los residuos

Nuestros abuelos compraban con la seguridad de que las cosas iban a durar "toda la vida" y en la mayoría de las ocasiones lo conseguían. De hecho, casi todos conservamos alguna antiguüedad en perfecto uso. En casa de nuestros padres las lavadoras cumplían su función durante décadas, al igual que el frigorífico o la televisión, y rara vez se veían en la mesa servilletas de papel o vasos de plástico. El coche familiar, cuando existía, pasaba de padres a hijos antes de ser revendido a algún amigo o conocido...
En la actualidad, nuestro estilo de vida ha cambiado radicalmente. El consumo, en muchas ocasiones, se ha convertido en puro consumismo, es decir, en el deseo incontrolado de comprar bienes sin pensar si en realidad los necesitamos y si tienen una utilidad concreta y duradera. Esta "cultura del despilfarro" da lugar a la producción y acumulación de ingentes cantidades de basura que la naturaleza no puede asimilar. La mayoría de los residuos que generamos son amontonados en vertederos que se convierten en verdaderas montañas de desperdicios, produciéndose así graves problemas medioambientales tales como la emisión de sustancias tóxicas por descomposición o combustion de basuras, la creación de focos infecciosos, los malos olores, etc. De estos problemas se derivan finalmente otros más graves a gran escala: el agotamiento de los recursos naturales, la contaminación, la desertización de los suelos, el cambio climático...
En resumen, el modelo de desarrollo de nuestra civilización es insostenible. Por muchos avances que se produzcan en investigación y en la implantación de nuevas tecnologías, es impensable que en el mañana podamos producir con energías renovables la misma cantidad de energía que se genera hoy mediante la combustión del petróleo. La única solción posible es cambiar de mentalidad, realizando acciones como el reciclaje de nuestros residuos, la racionalización del consumo de agua y la reducción del uso del automóvil, pensando más en el futuro de todos aquellos de después de nosotros heredarán la Tierra.
"En el principio de los tiempos la basura no existía -señala el profesor de Gestión Ambiental Cristian Freís-. La vida se llevaba a cabo según las leyes de la naturaleza. Al crear la basura, el ser humano fue el primer animal en transgredir las leyes naturales".
"En los pueblos -añade Alfonso del Val, experto en la materia-, el modo de producción agrario no generaba más residuos que los producidos por el propio metabolismo de la alimentación humana y animal que, convertida en estiércol, se reciclaba cada año en forma de abono para la agricultura. Apenas se consumía otra agua que no fuera para bebida y para riego. El consumo de energía era escaso y de origen animal o vegetal. No existían apenas vertidos a los ríos ni emisiones contaminantes a la atmósfera. En los pueblos los objetos se hacían duraderos, se reciclaban y rara vez se abandonaban. Todo se aprovechaba".
El problema de la acumulación de residuos comienza con el surgimiento de las grandes ciudades, debido a que la elevada concentración de personas conlleva la necesidad de consumir grandes cantidades de recursos naturales. El sistema de producción industrial, basado en la creencia de que los recursos eran poco menos que inagotables, se marcó como objetivo fabricar cada vez más productos al menor coste posible.
La producción de basura de todo tipo -doméstica, electrónica, industrial- se ha incrementado de forma alarmante en los últimos veinte años en el llamado primer mundo; ya que según estadísticas de la Unión Europea, el volumen de basura municipal generado el Europa occidental ha crecido un 23% entre 1995 y 2003, alcanzando la media de 567 kilos de residuos por persona y año. En Estados Unidos -como casi en todo- se superan esas cifras, ya que un ciudadano nortemericano puede producir cerca de 800 kilos de basura al año.
La Eurocámara hace especial hincapié en la importancia del reciclaje, subrayando la necesidad de que todos los ciudadanos contribuyamos en esta labor. El consumo de energía desciende una cuarta parte por cada tonelada de papel elaborado mediante reciclaje, y no a partir de madera; además, la contaminación atmosférica experimenta una reducción de un 75%. Por todo ello, el reciclaje de papel, cartón y cristal es de vital importancia; sin embargo, los niveles de reciclado en los Estados Miembros oscilan todavía entre el 28 y el 53% para el papel y cartón, y entre un 21 y 70% en el caso del vidrio.

Las "tres R"

Ante la creciente acumulación de basuras, los expertos optan por una única solución: el reciclaje, dentro de un ciclo basado en las famosas "tres R".

REDUCIR: consiste en rechazar envases o empaquetados que no cumplan una función imprescindible desde el punto de vista de la conservación y la facilidad para el traslado o el consumo. Deberíamos ser cuidadosos con los productos denominados "de usar y tirar", incluso en los casos en que puedan parecer más necesarios (por ejemplo, las servilletas de papel o platos, vasos y cubiertos de plástico). Además, si realizamos la compra llevando nuestra propia bolsa o carrito, podríamos ahorrar el consumo de una gran cantidad de bolsas de plástico para transportar los alimentos.

REUTILIZAR los productos antes de que se conviertan en residuos, es decir, intentar sacarles todo su partido, en nuestras casas o retornándolos al circuito comercial en el que fueron adquiridos.

RECICLAR: devolver al ciclo productivo los materiales presentes en los residuos para que, tras un tratamiento, puedan incorporarse de nuevo al mismo proceso. Así se consigue no sólo evitar el deterioro medioambiental, sino también un considerable ahorro de materias primas y de energía.

Consejos para reciclar mejor

El reciclaje es, por tanto, sólo el tercer paso de una correcta gestión de los residuos urbanos. Antes de cuestionarnos en qué cubo tirar un desperdicio, habría que empezar por preguntarse si realmente no podemos reutilizar ese desecho para darle una "segunda oportunidad".
Es fundamental para un correcto reciclaje el depositar los residuos en el contenedor correcto para que pueda así ser reincorporado al ciclo productivo. La experta en medio ambiente Vanesa Sánchez nos ofrece esta pequeña guía para conocer qué debemos depositar en el contenedor de cada color:

Contenedor azul: para tirar papel, cuadernos, folios, cartón, envases de cartón, periódicos, revistas, hueveras de cartón, cajas de zapatos... No debemos depositar nunca papel de cocina manchado de aceite, tetrabriks, papel de aluminio, papel plastificado, etiquetas adhesivas, papel encerado o parafinado, etc. Asimismo es necesario evitar que el papel contenga grapas o plásticos.

Contenedor verde: para depositar botellas de vidrio, botes de cristal, envases de perfume, frascos... No introducir nunca: cristales rotos, vasos rotos, espejos, bombillas, cerámica, vajillas, vidrio armado, ladrillos, piedras, tarros de medicamentos, chapas o tapones.

Contenedor amarillo: destinado a depositar envases plásticos, tetrabriks, bolsas de plástico, botes de plástico, envases de yogures, latas de conservas, botes metálicos, aerosoles, papel de aluminio, bandejas de corcho blanco, envoltorios, papel transparente de envolver... No depositar nunca papel o cartón, botes de pintura, productos de informática, juguetes, tuberías de PVC o un CD.

Además, existen residuos peligrosos que por su alto poder contaminante no deben reciclarse en ninguno de los contenedores anteriormente mencionados, tales como pilas, medicamentos o envases de los mismos, móviles u otra basura tecnológica, electrodomésticos, bombillas fluorescentes, radiografías, aceite procedente de freír alimentos, etc. Existen lugares específicos para la recogida de algunos de estos productos, pero de no ser así deben ser depositados en el punto limpio más cercano a nuestra localidad.